El mantenimiento de la lactancia materna puede ayudar a prevenirla.
El contacto íntimo con otros niños como ocurre en los que van a guarderías o al jardín puede favorecer su aparición.
Los signos clínicos a tener en cuenta son: fiebre (no siempre), respiración agitada, retracción de las costillas, y en la auscultación por su pediatra, la presencia de sibilancias (silbido).
¿Qué signos o síntomas en la evolución del cuadro debería tener uno en cuenta como signos de alarma?
1- Fiebre que se prolonga con el correr de los dias.
2- Frecuencias respiratorias altas, mayores de 40 por minuto.
3- Irritabilidad o somnolencia.
4- Rechazo del alimento.
5- No poder dormir.
La presencia de algunas de estas características obliga a consultar con su pediatra.
La base del tratamiento es el control de la fiebre si la hubiere, la hidratación (que ingiera líquidos fraccionados) y las nebulizaciones.
El uso de medicamentos como los broncodilatadores (Ventolín, Berotec, etc.) o el uso de corticoides queda a criterio del pediatra de cabecera.
En algunos casos está indicada la kinesioterapia respiratoria.
La mayoría de los niños se cura con estas medidas.
En algunos casos poco frecuentes, los más graves, necesitan ser internados.
En algunos niños se pueden repetir los episodios de bronquiolitis quedando a criterio del pediatra evaluar la posibilidad de pedir otros estudios ya que pueden existir otras enfermedades del aparato respiratorio que pueden tener síntomas parecidos.