Entre las principales afecciones, se encuentran:
1. Otitis del nadador.
Esta es la más común de las otitis, y también se la conoce como "otitis de pileta". Se produce cuando el oído externo entra en contacto con aguas contaminadas, quedando así atrapada en el conducto auditivo externo. La humedad contribuye a la maceración de este conducto y crea un medio propicio para el desarrollo de bacterias u hongos. La primera manifestación es una sensación de oído tapado y prurito (picazón), luego se agrega intenso dolor y una secreción serosa. A medida que el proceso avanza, puede transformarse en purulenta. En algunos casos, la obstrucción producida por la inflamación del conducto auditivo externo puede producir la disminución transitoria de la audición. Por lo general, la enfermedad cede con un tratamiento local basado en gotas antibióticas. Cuando estos episodios se producen en forma reiterada, es conveniente que durante la permanencia en la pileta se utilicen tapones para los oidos, y que al finalizar cada baño se coloquen gotas de alcohol puro o alcohol boricado para limpiar el conducto auditivo.
2. Conjuntivitis.
Se denomina así a la inflamación de la conjuntiva, que es una membrana delgada y transparente que recubre la parte blanca del ojo y el interior de los párpados. La transmisión de los gérmenes se produce a través de aguas que no contienen suficiente cloro. Entre una semana y diez días de haberse infectado, aparece una intensa congestión (enrojecimiento) de la conjuntiva acompañada de lagrimeo, sensibilidad a la luz, secreción (clara o espesa) y en ocasiones se agrandan los ganglios preauriculares. En un principio puede afectar un solo ojo, pero luego se extiende a ambos ojos. Su tratamiento se basa en colocar gotas (colirios) o pomadas con antibióticos. Si existen secreciones (lagañas), se deben limpiar con una gasa estéril embebida con solución fisiológica o té tibio.
3. Pie de atleta.
Es la infección de los espacios interdigitales y de la planta del pie, producida por hongos. Los espacios húmedos, como el suelo de los vestuarios y duchas, suelen ser un caldo de cultivo de los hongos responsables del pie de atleta (tiña pedis). La presencia de descamación, maceración, fisuras y picazón entre los dedos, especialmente entre el cuarto y el quinto, son las manifestaciones más comunes de esta afección. Si se hace crónica, estos síntomas se extienden a las plantas, talones y bordes de los pies. También puede presentarse bajo la forma de vesículas y ampollas en la planta, dorso y dedos de los pies. El tratamiento consiste en una buena higiene del pie, y según el caso la aplicación de cremas o polvos antimicóticos. En los casos persistentes, se deben utilizar antimicóticos por vía oral.
Para prevenirla es conveniente evitar el calor y la humedad de los pies, que se ve favorecida por la transpiración. Es aconsejable el calzado abierto para la evaporación del sudor, un secado adecuado del pie y la aplicación de polvos pédicos o de productos antimicóticos después del baño.
RECOMENDACIONES:
Para disfrutar tranquilos de un buen chapuzón es necesario tomar algunas medidas de precaución.
a) Verificar que el agua de las piletas a la que se concurre, se renueve periódicamente y que sea tratada con productos específicos que aseguran su pureza.
b) Las pequeñas heridas (cutáneas o mucosas) son la puerta de entrada de algunos gérmenes, produciendo dermatitis (de diferentes formas de presentación) especialmente en la zona del traje de baño. Por eso, si tienen algún tipo de herida, lastimadura o irritación en alguna parte del cuerpo es preferible consultar a su médico o que no ingresen a la pileta hasta que estas estén curadas. Un consejo útil es ducharlos con agua dulce una vez que salieron de la pileta
c) No andar descalzo en los vestuarios y duchas. Es conveniente que utilizar sandalias de goma.
d) El agua también es un medio de contagio de piojos, por lo tanto en las piletas de clubes es recomendable utilizar gorras de baño en las niñas. Y examinar, al finalizar el día, en forma intensa todo el cabello, incluso con el pasaje del peine fino.
Ante un dolor de oídos, vista irritada o alguna irritación de la piel se debe consultar a su médico de cabecera