No abrigue demasiado a su bebe. Si su niño tuvo un peso normal al nacer puede regular la temperatura por si mismo si se lo viste normalmente. Es preferible no utilizar ropa demasiado abrigada cuando el niño este en casa. Si se lo abriga demasiado, el cuerpo puede perder la capacidad de adaptación a situaciones de calor o frío y las diferencias de temperatura al desvestirlo serán mayores, incluso provocando escalofríos.
No es bueno guiarse por la temperatura de las manos o los pies del bebe que siempre será menor que la del resto del cuerpo. Utilice la pierna o la piel del cuello como referencia. Una buena norma es vestir al niño con abrigo similar al que Ud. utiliza. En la actualidad las ropas de algodón son cálidas y confortables y sobre ellas se puede añadir abrigo con prendas de telas térmicas que conservan el calor aun a la intemperie. No utilice ropas con materiales plásticos directamente sobre la piel. Podrían causar de lesiones alérgicas por contacto.
Si su niño nació en verano y Ud. quiere utilizar el aire acondicionado para que la habitación sea más confortable, puede hacerlo. Es mas, el descenso de la temperatura ambiental en días muy calurosos, favorece que el niño se encuentre de mejor ánimo y tenga mas apetito. Mantenga de ser posible la temperatura ambiente entre los 20 y 22 grados. No enfríe la habitación excesivamente, ni la calefaccione demasiado . Mantenga al niño con ropas livianas o incluso solamente con el pañal.
Durante el invierno ventile por una hora las habitaciones calefaccionadas del bebe. Aproveche si el niño ha salido de paseo para entreabrir las ventanas. De noche, si el frío no es excesivo, mantenga una rendija de la ventana abierta en el cuarto de su niño para favorecer la ventilación.